lunes, 18 de enero de 2016

LA ADVERSIDAD: MI QUERIDO ENTRENADOR.



La vida no es un camino de rosas. La adversidad forma parte de la experiencia de estar vivo y existen momentos vitales en los que es necesario tolerar el dolor, aceptarlo, e incluso crecer psicológicamente a partir de él. 

Veamos a la adversidad como tu querido entrenador, como aquella que sacará tus mejores consecuencias. No olvidemos que existe una correlación entre adversidad y éxito y no es de extrañar de que las personas de gran éxito hayan tenido que superar grandes adversidades. El camino del éxito es un camino lleno de reveses porque ellos son el entrenador que te prepara para el éxito. 

La adversidad es el mejor de los instructores, no lo olvides.

Os dejo un cuento, para reflexiona que reflexionéis cómo la actitud que tomemos  ante la adversidad nos acerca o nos aleja del éxito. 

Aprender a no rendirse, a que como muy bien se dice, la vida  no te dice que no puedas, que es imposible, solo te dice que esperes, que perseveres, que si es lo que quieres y sigues puedes conseguirlo.

Disfrutarlo y a reflexionar porque todos nos enfrentamos a estas situaciones, son las que nos hacen crecer.
En la selva vivían tres leones. Un día, el mono, representante electo por los animales, convocó a una reunión a todos los habitantes de la selva, para poder tomar una decisión.

Y les dijo:

– Todos sabemos que el león es el rey de los animales.
– Pero aquí viven tres leones y los tres son muy fuertes.
– ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia?
– ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro rey?

Los leones supieron de la reunión que se estaba realizando y comentaron entre sí:
– Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido.
– Una selva no puede tener tres reyes.
– Luchar entre nosotros no queremos, ya que somos amigos.
– Necesitamos saber cuál será el elegido, pero, ¿cómo lo haremos?

Los animales que participaban en la reunión, después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones:

– Encontramos una solución muy simple para el problema.
– Los tres vais a escalar la montaña – dijo el mono.
– El que llegue primero a la cima, será consagrado nuestro rey – dijo el ciervo.

La montaña que tenían que escalar era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron al pie de la montaña para asistir la gran escalada. El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado. Los animales estaban impacientes y curiosos; si los tres fueron derrotados, ¿ahora cómo elegirían un rey?

En este momento, un águila, grande en edad y en sabiduría , pidió la palabra:

– ¡Yo sé quién debe ser el rey!

Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa.

– ¿Cómo?, preguntaron todos.
– Es simple – dijo el águila.
– Yo estaba volando bien cerca encima de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la montaña, escuché lo que cada uno dijo a la montaña.

El primer león dijo:
– ¡Montaña, me has vencido!

El segundo león dijo :
– ¡Montaña, me has vencido!

El tercer león dijo:
– ¡Montaña, me has vencido, por ahora!
– Pero ya llegaste a tu tamaño final, y yo todavía estoy creciendo.
– Volveré

La diferencia, completó el águila , es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió, y para quien piensa así, su persona es más grande que su problema. Si él es el rey de sí mismo, está preparado para ser el rey de los demás.

Los animales aplaudieron con entusiasmo al tercer león que fue coronado El Rey de los Animales.

No tiene mucha importancia el tamaño de los problemas que tengas. Todavía estás creciendo y no llegaste al límite de tu potencial. Por lo tanto acepta los problemas hasta que cambien o puedes tratarlos de algún modo

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