domingo, 28 de abril de 2013

VIDA=RIESGO



"Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar"

Paulo Coelho


"Miedo", esa emoción tan temida e incomprendida por la sociedad, pero no nos equivoque es sólo cuestión de educación. Según la R.A.E. el miedo queda definido como la sensación de alerta y angustia por la presencia de un peligro o mal, sea real o imaginario. Lo que más me interesa de esta acepción del significado del término miedo es la última parte "sea real o imaginaria" y es que a veces no nos arriesgamos a conseguir algo por la idea de fracaso que nos hemos autocreado en nuestra cabeza.


En nuestra sociedad se nos educa desde pequeños con la idea de que tenemos que superarnos y hacer cosas importantes pero, por otro lado, se nos educa para no cometer errores, para ser siempre perfectos. Estas exigencias nos crean desde la infancia una gran inquietud y un miedo horrible a no cumplir las expectativas que los demás tienen puestos en nosotros. Cada vez que fallamos nos sentimos culpables, creemos que estamos defraudando a los demás, que nos rechazarán… Estos miedos pueden llegar a paralizarnos y que dejemos de intentar hacer cosas, ya que es más seguro quedarnos como estamos que intentar avanzar y poder equivocarnos.

Como dice Unamuno en su cita, “El modo de dar una vez en el clavo, es dar cien veces en la herradura”, nos hace la reflexión de que nadie es perfecto, nadie nace sabiéndolo  todo. La única manera de aprender a hacer cosas nuevas e ir avanzando en la vida es practicar y la práctica consiste en una sucesión de ensayos y errores, hasta poder alcanzar los conocimientos y habilidades suficientes para poder hacer las cosas de la manera correcta.

No debemos dejar que el miedo a fracasar o los comentarios y críticas de los demás nos paralicen y nos impidan ser mejores día a día. Si fallamos una vez y otra y otra, habremos aprendido algo con cada uno de esos errores y estaremos mucho más cerca de alcanzar el éxito que alguien que se ha rendido o que no lo ha intentado nunca.

No dejes que el miedo te paralice, no dejes de luchar por miedo a perder. Es mejor intentarlo porque tienes la posibilidad de lograrlo, y si pierdes piensa que de los errores se aprende.

Me gustaría acabar con un spot donde podréis descubrir como gente de distintos ámbitos, los cuales hoy en día son grandes estrellas cada uno en sus ramas, la primera vez que se enfrentaron a demostrar lo que valían fracasaron, pero este miedo al fracaso no les paralizo, fueron persistentes y creyeron en su sueño hasta conseguirlo. 


VIDA = RIESGO.

jueves, 18 de abril de 2013

EDUCAR EN EMOCIONES






“Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus funciones, sus sitios, pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma” 
Mario Benedetti.



Quizás no seamos conscientes de todo aquello que nuestras emociones iluminan y ensombrecen a lo largo de nuestra vida. Nadie nos dijo como manejarlas, como cambiarlas o aprenderlas, parece como si nos olvidáramos de ellas por el simple hecho de que no se vean. Pero,  estaréis conmigo en que son fundamentales en nuestro día a día.

Las emociones determinan nuestra relación con el mundo que nos rodean. Nuestra salud mental y bienestar personal se influyen mutuamente, dependiendo en gran medida de cómo nos relacionamos con el mundo, así de las emociones que se generan. Al nacer no tenemos desarrollados el pensamiento, ni el lenguaje, ni siquiera podemos planificar lo que hacemos, sin embargo, nuestras emociones nos permiten comunicarnos e identificar aquello que es bueno y malo para nosotros.



Cada vez que experimentamos una emoción, podemos crear pensamientos acordes a esta, interviniendo además nuestro sistema nervioso como el preparador del organismo para la mejor respuesta. Las emociones son como un sistema de alarma que se activan cuando detectamos algún cambio en la situación que nos rodea; son recursos adaptativos que los seres humanos presentamos, y que dan prioridad a la información más relevante para cada uno, activando así diferentes procesos que nos permitirán dar una respuesta

En la infancia, experimentar emociones positivas con frecuencia, favorece el posible desarrollo de una personalidad optimista, confiada y extrovertida, sucediendo lo contrario con la vivencia de emociones negativas. Por ello es tan importante una adecuada educación emocional ya que nos permitirá adquirir destrezas para el manejo de los estados emocionales, reducir las emociones negativas y aumentar en buena medida, las emociones positivas.


Una buena educación emocional conlleva todo un proceso de aprendizaje en el que se va construyendo la visión del mundo, de nosotros mismos y cómo nos manejamos.
Además cada experiencia que vivimos tiene un tono emocional, agradable o desagradable. 
Con un desarrollo adecuado de las emociones podremos:
 -Recuperarnos antes en el tiempo de la experimentación de emociones negativas.

- Adoptar una actitud positiva ante la vida. 
-Ser más optimistas, pero no en exceso.  
-Saber expresar nuestros sentimientos
-Tener una autoestima realista.
 -Presentar capacidad de cooperación y una buena resolución de conflictos.

Para concluir comentaros que lo mismo de importante es sacar buenas notas, o ser una estrella en el fútbol... que educar en emociones.   

viernes, 5 de abril de 2013

Y TÚ... ¿CUIDAS DE TU ÁRBOL? ¿CUIDAS DE TU AUTOESTIMA?







Estoy preparando la sesión de esta tarde con una de mis niñas donde trabajaremos la AUTOESTIMA y he encontrado este vídeo donde de una manera ilustrativa se pone de manifiesto en  qué consiste  y  lo importante que es para el buen funcionamiento psicológico de uno mismo


La autoestima es un percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro carácter. Es decir, es la percepción evaluativa de nosotros mismos.


Para tener alta “la autoestima” y así querernos a nosotros mismos debemos tener en cuenta estos 10 consejos:
1. Aceptarnos tal cual somos: hay que saber y aceptar nuestras cualidades y defectos.
2. Ponérnoslo fácil: debemos tener objetivos realistas.
3. Darnos nuestro tiempo: hay que intentar tener tiempo regularmente para estar solos con nuestros pensamientos y sentimientos.

4.Debemos aprender a disfrutar de nuestra propia compañía.
5.Credibilidad: estemos atentos a nuestros pensamientos y sentimientos. 

6.Hagamos aquello que nos hace sentir felices y satisfechos. Disfrutar de lo que te gusta.
7.Darnos ánimos: tomemos una actitud de “YO PUEDO HACERLO”.
8.Compararnos con nosotros mismos: no tratemos de ser alguien más.Hay que estar orgullosos de ser quien somos.
9. Querernos: hay que premiarse por los logros: los pequeños y los grandes.Aprendamos a querer a la persona tan única que somos. Aceptemos nuestros éxitos y fallos.

10. Ser más asertivos y aprender a decir NO.
Para concluir te aconsejo de que hagas una lista con todas las cosas buenas que tienes, que seguro que son muchas, y te las digas a diario. Tenemos que llenar nuestro vaso de pensamientos positivos para que así nuestro cerebro no tenga tiempo de pararse en los negativos.

jueves, 4 de abril de 2013

CONVIÉRTETE EN EL PIGMALIÓN DE TU PAREJA, TU HIJO, TU EQUIPO...!



El "Efecto Pigmalión" tiene su origen en un mito griego, en el que un escultor llamado Pigmalión se enamoró de una de sus creaciones: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba como si fuera una mujer real, como si estuviera viva. El mito continúa cuando la escultura cobra vida después de un sueño de Pigmalión, por obra de Afrodita, al ver el amor que éste sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus sueños. 

 Este suceso fue nombrado como el Efecto Pigmalión ya que superó lo que esperaba de sí mismo y al creer que la estatua estaba viva esta llegó efectivamente a estarlo. Cuando alguien anticipa un hecho, existen muchas probabilidades de que se cumpla.

A este fenómeno en Psicología Social se le llama: “realización automática de las predicciones”; también se le conoce como “ “El Efecto Pigmalión” requiere de tres aspectos: 
 1- creer firmemente en un hecho,
 2- tener la expectativa de que se va a cumplir y 
 3- acompañar con mensajes que animen su consecución.

 Os propongo que hagáis una revisión de las expectativas, pues, a veces, actuamos de forma contradictoria. Por ejemplo, le decimos al hijo que estudie, pero creemos que no lo hará, dado que lo hemos intentado muchas veces. Ese proceso ha estado salpicado con frases del estilo: “Así no aprobarás; no haces más que ver la televisión”. Sin darnos cuenta, estamos colaborando en que el hijo cumpla lo que pensamos.

 Necesitamos tener expectativas constructivas que les permitan sacar lo más brillante de ellos mismos y desechar las negativas. Cuando comunicas, tanto verbal como no verbal, lo que esperas de alguien, termina condicionando su comportamiento y a la larga se cumple. Si esperas algo positivo, si le motivas hacia el éxito, contribuyes hacia su seguridad y confianza y obtendréis la recompensa. 

 Las personas que te rodean necesitan tu apoyo, porque, a veces, sin éste no llegan al final del camino. Existen muchos ejemplos de Pigmalión y, TÚ, puedes ser uno de ellos. 


 ¡ÁNIMO, CONVIÉRTETE EN EL PIGMALIÓN DE TU PAREJA, TU HIJO, TU EQUIPO...!