jueves, 4 de abril de 2013

CONVIÉRTETE EN EL PIGMALIÓN DE TU PAREJA, TU HIJO, TU EQUIPO...!



El "Efecto Pigmalión" tiene su origen en un mito griego, en el que un escultor llamado Pigmalión se enamoró de una de sus creaciones: Galatea. A tal punto llegó su pasión por la escultura que la trataba como si fuera una mujer real, como si estuviera viva. El mito continúa cuando la escultura cobra vida después de un sueño de Pigmalión, por obra de Afrodita, al ver el amor que éste sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus sueños. 

 Este suceso fue nombrado como el Efecto Pigmalión ya que superó lo que esperaba de sí mismo y al creer que la estatua estaba viva esta llegó efectivamente a estarlo. Cuando alguien anticipa un hecho, existen muchas probabilidades de que se cumpla.

A este fenómeno en Psicología Social se le llama: “realización automática de las predicciones”; también se le conoce como “ “El Efecto Pigmalión” requiere de tres aspectos: 
 1- creer firmemente en un hecho,
 2- tener la expectativa de que se va a cumplir y 
 3- acompañar con mensajes que animen su consecución.

 Os propongo que hagáis una revisión de las expectativas, pues, a veces, actuamos de forma contradictoria. Por ejemplo, le decimos al hijo que estudie, pero creemos que no lo hará, dado que lo hemos intentado muchas veces. Ese proceso ha estado salpicado con frases del estilo: “Así no aprobarás; no haces más que ver la televisión”. Sin darnos cuenta, estamos colaborando en que el hijo cumpla lo que pensamos.

 Necesitamos tener expectativas constructivas que les permitan sacar lo más brillante de ellos mismos y desechar las negativas. Cuando comunicas, tanto verbal como no verbal, lo que esperas de alguien, termina condicionando su comportamiento y a la larga se cumple. Si esperas algo positivo, si le motivas hacia el éxito, contribuyes hacia su seguridad y confianza y obtendréis la recompensa. 

 Las personas que te rodean necesitan tu apoyo, porque, a veces, sin éste no llegan al final del camino. Existen muchos ejemplos de Pigmalión y, TÚ, puedes ser uno de ellos. 


 ¡ÁNIMO, CONVIÉRTETE EN EL PIGMALIÓN DE TU PAREJA, TU HIJO, TU EQUIPO...!

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